02 marzo 2006

RELATOS REALES RELATIVOS
La verdad es que para aprobar unas oposiciones o un proceso de consolidación no hace falta ser Einstein, pero lo que se dice, algo de coco tenemos, y si digo la verdad, es que creo que demasiado CCOOCCOO.
A fecha de hoy, ya queda poquito para entregar toda la documentación sobre el Convenio colectivo, por lo tanto a alguno solo le falten unos giros de muñeca para rubricar un gran acuerdo para ellos, y sin embargo existe demasiada calma entre los trabajadores. Si bien, el refrán dice, que tras la tempestad viene la calma, aquí el dicho podría decir con calma nos firman la tempestad; ya que como rayos, nos lloverán panfletos post-firma en color bendiciendo las maravillas que los ungidos han elegido para nuestro mejor futuro. Y con calma y buenas formas vendrán por las oficinas a alegrarnos los días, hablando de pocos pero inmejorables euros y otros beneficios míseros.
Todo lo que los elegidos hacen, deciden o firman es bueno, ya que sino no lo harían, o como el 95% de los firmantes que pasan por las oficinas, dirán que son críticos con lo rubricado, pero que es lo menos malo.
No somos Einstein, pero lo que no es relativo, es que se niegan a que decidamos nuestro futuro; solo ellos, los más listos del barrio (no el de reparto) pueden decidir.
Parece ser, que aparte de animales de carga, votantes y pagadores de cuota de afiliación, no tenemos mayor interés para los sindicatos traidores que nuestro silencio o sumisión.
Yo, a pesar de ver que algunos piensan que ya esta todo vendido y que los trabajadores ya no tenemos nada que hacer, quiero seguir pensando; que la fuerza es nuestra y la demostraremos, ya que si no somos capaces de defender nuestro puesto de trabajo con uñas y dientes, a ver que coño vamos a defender: ¿a un equipo de fútbol?.
No creo que los sindicatos hayan apagado nuestro fuego. Quiero seguir pensando, que tenemos la suficiente sangre en las venas, la misma que nos hace sudar todos los días, y que no podemos aceptar la imposición, venga de quien venga.
Por eso, con todo el ánimo del que cree en la combatividad de los trabajadores frente a la sumisión sindical, insisto en seguir pidiendo DEMOCRACIA.
Tal vez, en el ejercicio de la democracia ganen las propuestas contrarias a las mías, pero lo aceptare, lo que nunca aceptare será la limitación del ejercicio democrático o de la imposición de las elites, y eso si que no es relativo.
REFERENDUM YA